En la escuela media donde me desempeño como profesora de matemática en el ciclo superior, venimos hace dos años tratando de implementar proyectos interdisciplinarios en el área de ciencias que involucren el uso de TIC. Si bien disponemos de un laboratorio y de una biblioteca con computadoras, no es sencillo organizar las agendas de los docentes para pensar una propuesta didáctica rica en su contenido, que se potencie por el uso de la tecnología, que tenga sentido desde las disciplinas que involucran, que sea una experiencia motivadora para los estudiantes. Como expresa Lila Pinto, esto implica un cambio en las instituciones educativas: cambios en las prácticas, cambios como proyecto institucional de mejora, cambios como conflicto, como resistencia, como desafío.
Pese a los buenos intentos de los docentes existen algunas dificultades: las computadoras en un espacio físico que no invita al trabajo en grupos (poco espacio), el laboratorio en otra sala que no dispone de computadoras (dificulta el registro de las experiencias o el uso de sensores), la conectividad no siempre es estable (limita el acceso a la información en línea), las computadoras no están en red (implica trabajar en profundidad conceptos informáticos para el tratamiento de la información). Todas estas características interfieren en una propuesta integrada desde las asignaturas del departamento de ciencias: matemática, física, biología y química.
Detallo el contexto en el que se propone este rediseño dado que es importante saber el punto de partida y las posibilidades y los recursos con que cuenta la institución.
Existe un recurso humano que es invalorable: la predisposición del equipo directivo para acompañar este tipo de proyectos. En un principio se realizan desde el año pasado pequeñas secuencias didácticas con TIC involucrando a las asignaturas por separado. Mi función era la de ser facilitadora digital, acompañando en la búsqueda de recursos, la implementación de la actividad, ser soporte técnico, asumir el rol de observadora y luego, junto al docente, valorar la actividad implementada con el objetivo de mejorar su implementación.
Creo que este tipo de actividades se potencian notablemente si los contenidos se abordan desde todas las asignaturas y a partir de buenos problemas. Si bien contamos con recursos, siempre es posible optimizarlos. Pero, sobre todo, el rediseño de esta propuesta parte de una buena secuencia didáctica que comprometa a todos los docentes y motive a los estudiantes.
¡Los invito a viajar por este desafío!